Correspondió al piadoso, ejemplar y bienaventurado fraile Francisco de Asís efectuar la primera representación del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo. Precisamente en la navidad del año 1223 pensando en la humildad de la encarnación, decide San Francisco que la celebración en el pueblo llamado Greccio se lleve a cabo una representación fiel de lo descrito en las santas escrituras.
Se dispuso un pesebre, acomodándose la paja y se trae el buey y el asno. Honrase allí la sencillez, se elogia la pobreza, se celebra la humildad y es así que Greccio se convierte en otra ciudad de Belén. Luces y hachos se utilizaron para iluminar aquella noche memorable. Asistieron religiosos de varias partes, los hombres y mujeres del lugar, los cuales animan con nuevo entusiasmo y fervor aquel admirable misterio. Cantan los religiosos y entonan las divinas alabanzas y transcurre la noche en santa alegría.
Esa representación da inicio a la tradición que todos los años se repite de recordar la escena del nacimiento de nuestro Salvador Jesucristo. Fue un acto demostrativo del fervor religioso de ese gran personaje que nació en la ciudad de Asís de la Umbría italiana el 20 de septiembre de 1182 con el nombre de Juan, que luego cambió por el de Francisco, siendo el segundo hijo del matrimonio formado por el próspero comerciante en lanas Pedro Bernardone y de la rica y noble provenzal doña Pica de Bourlemont. Desde 1207 se entregó por completo a la predicación religiosa, siendo canonizado el 16 de julio de 1228 por el Papa Gregorio IX, transcurridos 21 meses de su muerte.
En cuanto al primer Pesebre con estatuillas de que se tiene noticias lo debemos a la devoción demostrada por el Papa Nicolás IV (Girolamo Masci, nacido en Lisciano, Ascoli, a principios del siglo XIII y muerto en Roma el 4 de abril de 1292). Fue éste el primer Pontífice miembro de la Orden franciscana, nombrado Papa el 22 de febrero de 1288 para suceder la vacante originada el 3 de abril del año anterior por el fallecimiento de Honorio IV.
El Papa Nicolás IV, como buen seguidor de San Francisco de Asís (el iniciador de la magnífica costumbre de recordar la escena del glorioso nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo), mandó que esculpieran una representación. El encargado fue el gran artista toscazo Arnolfo Di Cambio (llamado también Di Lapo y famoso también porque proyectó la magnífica iglesia de Santa María de las Flores, y entre sus otras tantas obras está el mausoleo de Bonifacio VIII), que lo terminó entre 1290 y 1292.
(Publicado en el diario El Universal, Caracas, el domingo 8 de diciembre de 1991 en la página 3-22), por Carmelo Paiva Palacios.
HOLA ,TENGO UNA DUDA ,como hago para realizar la evaluación descriptiva de un estudiante que tiene muchas inasistencias
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